Dentro del repertorio poético pedroñero de alabanza al ajo, ocupa un lugar principal el poema que José Manuel González envió a la revista Medicamenta (nº 36), de Madrid, en 1963, respondiendo con él a una “Diatriba contra el ajo”, escrita por el mismo director de tal revista, don José María Sánchez Silva. El poema se tituló "Elogio del ajo de Pedroñeras", y reza de esta chocarrera guisa.
Elogio al ajo de Pedroñeras
Pocos hay aquí y en China
que te juzguen de tal modo,
porque aroma no eres todo,
que eres aún más medicina.
Lo dijo un panzudo Sancho:
Igual en Pekín que en Roma,
si en un rancho no hay tu aroma,
no es rancho, que es zafarrancho.
Si no lo dijo un Quijote,
con sapiencia y desparpajo,
lo dijo quien no es un zote:
Si un guiso carece de ajo,
no es un guiso: es guisote.
La Medicina, a conciencia,
conociendo tu bondad,
para alargar nuestra edad
se aprovecha de tu esencia.
Mas di, con verdad por base,
(y el mundo da de ello fe),
que ¡ajo! balbuce el bebé
antes que ninguna frase.
Que en el orbe estás presente,
desde el Polo al Ecuador,
porque el guiso está mejor
si tú le añades un diente.
Con tu diente y una yema,
y aceite purificado,
se hace el ajioli o ajo atado,
que es una sabrosa crema.
Tú eres buen estimulante,
alimento y medicina,
presente en toda cocina,
sea modesta o elegante.
Por eso las sopas de ajo,
sin jamón y sin perdiz
saben a gloria en el Ritz
y en el restorán más bajo.
Ya los elogios termino
para no hacerme pesado.
Masticando un ajo asado
está delicioso el vino.
Que es triunfante embajador
que va cruzando fronteras,
el ajo de Pedroñeras,
¡del mundo el ajo mejor!
A quien desprestigia el ajo
sin retintín perdonemos
dándole un fraterno abrazo,
porque rencor no tenemos,
y unidos en fuerte lazo,
con este brindis brindemos:
Brindemos con una caña
en la “Venta de Pedro Heras”:
¡Viva el ajo y Pedroñeras!
¡Viva Cuenca y viva España!
Fue publicado también por nuestra escritora Juliana Izquierdo Moya en su libro Cuentos Morales (1964) y luego con posterioridad por mí mismo en Jardín de Curiosidades sobre el Ajo (2006).
El poema anterior, por cierto, viene precedido por una carta que no me resisto a copiar, tanto por lo curioso de su contenido como por su valor histórico. Literalmente:
«CONTESTACIÓN A LA DIATRIBA CONTRA EL AJO”, DE SÁNCHEZ SILVA. –Señor Director de Medicamenta. –Madrid.
» Distinguido señor Director: En el número 36 de Medicamenta, del 7 del actual, acabamos de leer “Diatriba contra el ajo”, de don José María Sánchez Silva.
» Nos place adjuntar nuestro modesto “Elogio al ajo de Pedroñeras”, rogando a usted tenga la gentileza de insertarlo en Medicamenta para neutralizar los efectos desacreditantes del despectivo artículo del señor Sánchez Silva.
» Lamentamos que a ese señor no le agrade el ajo; en cambio, somos creciente legión los que, en todo el mundo, injerimos y alabamos cotidianamente a Dios y a esa liliácea, porque, gracias a Él y a ella, nos hemos curado afecciones gástricas, pectorales y reumáticas. Concretamente, hemos sufrido, no ha mucho, un agudo y doloroso ataque de reúma en brazos y piernas que, durante unos meses, nos ha tenido deprimidos, y ahora, gracias a Dios y al ajo, estamos sin dolores y hemos recuperado la agilidad juvenil de nuestros años mozos.
» Bendito sea Dios y alabado sea el ajo, en contra de la opinión del señor Sánchez Silva, a quien perdonamos de todo corazón y no guardamos rencor por su literario, pero injusto ataque, a esa estimulante, medicinal y cada día más apreciada liliácea.
» Perdone, señor Director, la molestia y el atrevimiento en honor a las razones expuestas, y, con nuestra anticipada gratitud, reciba nuestra más cordial y distinguida salutación. –J. M. González.–Os desean felices Pascuas y venturoso Año Nuevo vuestros amigos de Las Pedroñeras, 10-IX-1963.»
©Ángel Carrasco Sotos
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