Los pueblos prerromanos en la Mancha conquense. Los Olcades | Las Pedroñeras

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sábado, 18 de enero de 2020

Los pueblos prerromanos en la Mancha conquense. Los Olcades

Excavación Virgen de la Cuesta (fotografía del autor).


por Javier Cano Galindo

La actual Mancha conquense se encuentra en un ámbito impreciso entre los espacios que en su día ocuparon los pueblos carpetanos, oretanos y olcades. En la actualidad, y a grandes rasgos, podemos considerar que el territorio oretano comprendía las actuales provincias de Ciudad Real, Jaén y parte de Albacete; los Carpetanos, al norte de los anteriores, en las actuales provincias de Toledo y Madrid; y los olcades, los menos conocidos, son ubicados de manera poco precisa en nuestra actual provincia conquense. Por tanto, la comarca de la Mancha conquense quedaría como un territorio de frontera mal delimitado enclavado entre estos tres pueblos, aunque de mayoritaria influencia olcade. Todos estos pueblos colaboraron en la defensa de las invasiones de potencias extranjeras como Roma o Cartago, hasta su definitiva inclusión en el dominio romano y la correspondiente romanización del territorio. 


A lo largo de la historia, ha habido gran discusión entre los investigadores sobre qué pueblos habitarían esta zona concreta de la provincia. Para Nicola Feliciani, el suroeste de Cuenca se adscribiría al ámbito de la Carpetania, mientras que para Schulten y Bosch-Gimpera este territorio estaría ocupado por los olcades, constituyendo una posición avanzada en La Mancha ante los carpetanos (1). Queda en la actualidad aceptado por los investigadores que nos encontramos en una zona de transición entre la Celtiberia, la Carpetania y la Oretania, teniendo en cuenta el carácter dinámico de las poblaciones indígenas y la posterior influencia romana en la evolución de las estructuras de tales poblaciones. 

En cuanto a la adscripción de esta zona al sustrato “ibérico” o al “celtibérico”, como tradicionalmente se trataba de interpretar, igualmente nos encontramos en un ámbito de transición, partiendo de unas poblaciones indígenas en evolución y no aisladas del exterior, sino en continuo contacto con otras zonas. 

Lo que sabemos de estos pueblos es muy poco y mayoritariamente gracias a la arqueología. En cuanto a las fuentes escritas, el conocimiento que nos ha llegado de ellos no proviene de su propia visión, sino de las fuentes púnicas, griegas y, sobre todo, romanas. A finales del siglo III a. C., estas tierras entran en la historia escrita debido a una serie de acontecimientos militares con la llegada de los cartagineses. Hasta entonces, se había seguido una dinámica de evolución dando lugar a sociedades complejas, estableciéndose los habitantes en oppida (2), es decir, grandes poblados amurallados, como se daba en la mayor parte de la Península Ibérica y otros territorios como La Galia. Este conjunto de pueblos de cultura propiamente celta, así como de influencia ibérica, poseían una economía centrada en la explotación agrícola y ganadera. Además, como se cita en numerosas fuentes clásicas, eran sociedades eminentemente guerreras, inmersas en continuos conflictos entre ellas, cuando no contra los invasores extranjeros. 


Los Olcades 

Este pueblo fue el que más influencia tuvo sobre la Mancha conquense. Es una de las etnias más desconocidas de la Hispania prerromana, pues las alusiones a ellos se limitan a los pasajes sobre las campañas que Aníbal Barca realiza en el interior peninsular entre los años 219 y 211 a. C. La ausencia posterior de menciones a los mismos dio lugar a la aceptación de que esta etnia y el territorio correspondiente quedaron englobados en otras etnias prerromanas del interior peninsular (3), principalmente por los carpetanos del oeste y los arévacos del norte. 

Según las fuentes clásicas, tenían capital, conocida como Althia, cuyos restos se ubican de manera provisional en el actual yacimiento arqueológico del cerro de la Virgen de la Cuesta, en el término municipal de Alconchel de la Estrella (Cuenca). Este yacimiento será claro ejemplo de oppidum o poblado fortificado. Otros ejemplos los encontramos en los yacimientos del pico de la Muela (en Valera de Abajo), Contrebia Cárbica (en Villas Viejas, Huete), cerro de los Encaños (Villar del Horno) o fuente de la Mota (en Barchín del Hoyo). Las ciudades romanas de Valeria y Segóbriga también serían olcades en su origen, aunque esta última no queda claro con total seguridad si fue de origen olcade o carpetana. 

Durante los siglos IV y III a. C., estas poblaciones indígenas experimentaron una fuerte evolución social y cultural que supuso su introducción en la civilización de carácter mediterráneo. Se constituye entonces una sociedad campesina en las zonas occidentales y meridionales de las tierras conquenses, a diferencia de la zona de la Serranía, donde permanece un mayor primitivismo, con una economía pastoril y hábitat en pequeños castros fortificados a diferencia de los oppida del suroeste de la provincia. 

Por tanto, en la Mancha conquense, la sociedad olcade alcanza un fuerte dinamismo y cierta complejidad, con una intensa explotación agraria y el desarrollo de pequeñas ciudades por todo el territorio, con influencia mediterránea, así como un proceso de diferenciación social, manifestado en los enterramientos. Se denota también las relaciones y contactos que tuvieron con el Levante íbero a través de las cerámicas, que muestran una iberización cultural (4). En definitiva, antes de la anexión de la península Ibérica por parte de Roma, nos encontramos en la Mancha conquense ante un territorio dominado por una sociedad compleja centralizada en la ciudad del Althia. 

El fin de los olcades vino propiciado por las campañas de Aníbal sobre la zona. Tras derrotarlos, desplazó a buena parte de la población al norte de África, la mayoría de ellos jóvenes, para preparar el inicio de la guerra contra Roma. Con ello, perdieron su fuerza y su sentido de identidad, quedando el territorio absorbido por pueblos lindantes hasta la definitiva conquista romana.

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NOTAS:

[1] GOZALBES CRAVIOTO, Enrique. Caput Celtiberiae: La Tierra de Cuenca en las fuentes clásicas. Cuenca: UCLM, 2000, p. 56.
[2] GOZALBES CRAVIOTO, Enrique. Caput Celtiberiae: La Tierra de Cuenca en las fuentes clásicas. Cuenca: UCLM, 2000, p. 73.
[3] BURILLO MOZOTA, Francisco, Los Celtíberos: Etnias y estados. Barcelona: Crítica, 2008, p. 188.
[4] CARRASCO SERRANO, Gregorio(coord.). Los pueblos prerromanos en Castilla La Mancha, Cuenca: UCLM, 2006, pp. 178-180.

[Este artículo se publicó por primera vez en la revista del Instituto de Estudios Conquenses Patrimonio (Historia y Humanidades), núm. V, 2019].


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