¿Cómo que en Pedroñeras no hay nada que visitar? ¿Ustedes de verdad quieren sorprender a alguien llevándoles a ver algo impresionante? Pues no lo duden: han de trasladarlos hasta la Mata Hermosa. Esta encina o carrasca milagrosa, de porte centenario a todas luces, está considerada de categoría monumental (la más alta) y –vayan sorprendiéndose ya– proyecta sobre el suelo una sombra de más de 800 m2. ¿Se imaginan las dimensiones del arbolito? Para que se hagan una idea se la describiré someramente, aunque les adelanto que ni las palabras ni las fotografías pueden dar verdadera cuenta de lo que estamos hablando.
De una cepa o base única nacen 13 pies o vástagos, todos unidos por abajo, siendo que el mayor de ellos tiene un perímetro de 3’70 metros (se mide a 1’30 ms. del suelo). El perímetro total de la mata es de unos 17 metros. Se pueden observar 6 vástagos más cortados años atrás por motivos que desconocemos. Si hablamos del diámetro de la copa diremos que tiene unos 30 metros –quizá alguno más–, mientras que la altura puede llegar a los 25, más o menos. No sé si ya se van haciendo una idea. El que haya visto antes algo semejante que levante la mano. Yo he revisado algunos libros sobre árboles singulares y monumentales de España y les puedo asegurar que las encinas más grandes son de unas dimensiones similares a ésta. Así que si no la han ido a ver no sé a qué esperan. Lleven a los amigos, a la familia y, por supuesto, la cámara de fotos.
¿Cómo llegar?
Pues es bien fácil si siguen mi recomendación. Cojan el camino que sale desde Los Viveros en dirección a Miravillas y no lo dejen en unos 15 kilómetros hasta encontrarse con la mata. Desde esta aldea el camino va separando los términos de Las Pedroñeras y Las Mesas (pueden observarse tablillas de coto). Cruzaréis la vereda y, más adelante, el carreterín que une El Provencio con Socuéllamos, de modo que a partir de ese último tramo arenoso llegarán, por fin, hasta la carrasca bajo cuyas ramas el camino continúa hasta el río Záncara.
Pero si algo me ha llevado a tomar el teclado no ha sido en verdad el dar a conocer la mata (pues de ello ya tengo escritas algunas líneas que muchos habrán leído), sino el desamparo en que se encuentra. Lo he avisado en más de una ocasión a las autoridades pertinentes: hay que proteger la mata, conservarla, cuidarla... pero nada, siempre hay algo más importante que hacer, y se entiende que éstas son nimiedades que tan sólo nos interesan a cuatro gatos. ¿Resultado? Una de los pies se ha desprendido totalmente del resto y yace moribundo en el suelo con sus más de 2 metros de perímetro y sus 15 metros de longitud. Sólo con haberlo asegurado con un cable esto no hubiese ocurrido.
Ahora la Mata Hermosa (o Mata Grande, como aparece en los mapas) ya no es tan grande ni tan hermosa. Nos seguirá maravillando y sobrecogiendo su enormidad, pero su pompa se ha visto mermada sobremanera por este incidente previsible. Para tomar conciencia de ese mimo que se merece sólo tienen que ir a verla, y regresarán al pueblo hablando de ella todo el viaje.
©Ángel Carrasco Sotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario