Posadas antiguas de Las Pedroñeras | Las Pedroñeras

viernes, 21 de diciembre de 2012

Posadas antiguas de Las Pedroñeras

Posada del "Garrotero" (años 50)

Aunque, evidentemente, las habría desde bastante antes (pienso), yo los primeros textos en que he leído citadas posadas en nuestro pueblo de Pedroñeras son del siglo XVIII. Las posadas, os recuerdo, funcionaron hasta mediados del siglo pasado, cuando por fin cerraron las del "Garrotero" (desaparecida) y la de Laureano (mantiene el patio), ambas antiquísimas. Pero vayamos a esos interesantes textos que quiero compartir también con vosotros para que los disfrutéis como yo lo hice en su día.

El primero de ellos es de 1752, del cuestionario que se hiciese en Pedroñeras para el llamado Catastro de Ensenada. Este nombre ya sabréis que lo toma del título del ministro de Fernando VI Zenón de Somodevilla y Bengoechea, conocido como marqués de la Ensenada, que lo emprendió y aplicó por todas las poblaciones de la Corona de Castilla para tener entera noticia de determinados y variopintos aspectos de cada uno de los pueblos de nuestra geografía. Interesante sería que esas preguntas con las respuestas pedroñeras encontrasen acomodo justificado en un libro. Os puedo asegurar que es de lectura amena, gratificante y en donde se describe perfectamente y con todo detalle cómo era Pedroñeras a mediados del siglo XVIII.

Marqués de la Ensenada

Esta es la respuesta sobre la pregunta que en el Catastro se realiza sobre las posadas de nuestro pueblo [mantengo las grafías del texto original]:

 “Ay en ella una casa mesón, que es propia de Don Joseph Montoya vezino de esta villa, a quien por esta razón le contemplan la utilidad de su regular arriendo que los son treszienttos y treinta reales. Y a Joseph de el Pozo vezino de la misma, que le tiene tomado en arrendamientto, y sirve el ofizio de mesonero en él, le contemplan echa regulazión de la zebada, y paja, que gasta, prezios a que lo compra, y adespacha, y demás intereses propios de este ofizio, y revajado el arrendamiento, la utilidad de un mil seiszienttos, y zinquentta reales. 

También ay otra casa mesón, con el nombre parador, la qual es propia de Nuetra Señora de la Asumpción, de cuya fábrica es mayordomo Joseph de Mena Ortiz vezino de esta villa, quien por su regular arriendo perzive ziento setenta y seis reales cuya utilidad le resulta. Y a María Bayo, que tiene tomado en arriendo dicho parador, y sirve el ofizio de mesonera en él, la contemplan resultarle vajo la misma regulazión, y razones, que la antezedentte, y revajado dicho arriendo, la utilidad de setezienttos, y zinquenta reales”.

¿Serían estas las citadas arriba, esas últimas posadas del "Garrotero" y de Laureano? No sé dar respuesta a esto. Es el caso que, según me informa Cirila Redondo, en una de las vigas de la primera figuraba la fecha de mil setecientos cincuenta y tantos, fecha que podría corresponderse con la de la edificación de tal posada.

Bueno, hubo otros interrogatorios posteriores. En el que se hiciese tan solo unos años más tarde, en 1761, se habla de la existencia de dos mesones: uno de José Antonio Montoya y otro de José de el Pozo; y además de ese mismo parador de Nuestra Señora, cuyo mesonero es Fernando Lázaro

En otro llevado a cabo en nuestro pueblo en 1798 se dice que dentro de la población hay “dos posadas para el hospedaje de los transeúntes, cuyos bienes pertenecen a particulares”.

Aparte de las dos citadas, existieron en el pueblo las de la Plácida, también llamada de los Pericos, en la plaza (citada por Julián Escudero en su obra Vidas Manchegas, obra de 1929), la de la Soledad, conocida también como la del Zoco (en la calle Martínez Castillo) y me hablan de que también fue posada la que luego fue bodega del Olla (en la actual avenida Juan XXIII). En un diccionario geográfico de 1829, se habla de la existencia en Pedroñeras de dos paradas y tres posadas para arrieros.

En fin, un tema de investigación interesante que dejo abierto para el que tenga ganas de hacerlo. Animo a los jóvenes a ello. ¡Hay tantos tesoros por descubrir aún sobre la historia y la cultura de nuestro pueblo! Solo es cuestión de ponerse a explorar entre los legajos, desempolvarlos y buscar esas preciadas joyas que esperan pacientes que nuestras manos se posen en ellas.

©Ángel Carrasco Sotos

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