Cruz de Víctor Araque.
Ya hablamos en entradas anteriores de conocidas cruces del
lugar: la cruz Domingo Lorente, de Alejo, la Cruz Blanca (ver entrada), de Marchantes, de
Manuel Revenga, la Cruz Cerrá (ver entrada), la del Ángel, la de Ciríaco, la cruz de
Bonifacio Araque (ver entrada), la Cruz de Piedra, la de la Rioja, la de Tortas y la cruz de
Zarco (ver entrada). Continuamos nuestro recorrido centrándonos en este caso en las conocidas
como Cruz de Natalio y la Cruz de Víctor Araque.
Cruz de Natalio
Estaba
situada junto al antiguo camino de Socuéllamos a El Provencio, cuando esa zona
de nuestro término era todo monte de pino y carrasca. Hoy en día está
desaparecida y ninguna información sobre ella supieron darme las personas a las
que acudí (ni los de Pedroñeras ni los de Socuéllamos: un informante de esta
población, Manuel Alcolea, que se conocía la zona casi al dedillo no tenía
noticia de esta cruz). No obstante, se cita y dibuja en un mapa valioso del
siglo XIX sobre esta zona que me proporcionó en su día Dolores Carrasco. Así
las cosas, tampoco podemos notificar quién fuera este tal Natalio ni lo que
aconteciese con su persona en este sitio.
Cruz de Víctor Araque
Más información, y detallada,
tenemos en cambio de esta cruz, que aún permanece en su sitio, muy cerca de la
llamada Casilla de Pelayo (más conocida antes como de la Bruna). La cruz se
encuentra en muy buen estado y es de las más atractivas, por la forma de la
piedra en que está trazada, como por el dibujo de la cruz. En tal piedra puede
aún leerse que la muerte de Víctor Araque Gómez aconteció un 6 de noviembre de
1926, cuando el muchacho tenía tan solo 16 años.
En
el número del 13 de ese mismo mes, el periódico El día de Cuenca informaba del
asunto de esta manera:
“Por el camino “La Veguilla”, del término municipal de Pedroñeras, marchaba
transportando agua, subido en un carro-cuba, el joven de 17 años Víctor Araque
Gómez, natural del citado Pedroñeras, y al llegar próximo a la casa de campo,
llamada “El Barranco” [que no es otra que la de Pelayo], en donde existe una
cuesta bastante pronunciada, volcó el carro-cuba que conducía Víctor, teniendo
este infortunado muchacho la desgracia de caer debajo y producirse tan graves
lesiones, que falleció a las pocas horas de ocurrir tan lamentable accidente”.
Para saber más del patrimonio de nuestro pueblo:
Ángel
Carrasco Sotos
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