Noticias antiguas de Las Pedroñeras - Pedroñeras en la prensa histórica (5): La tormenta de 1887 | Las Pedroñeras

jueves, 8 de noviembre de 2012

Noticias antiguas de Las Pedroñeras - Pedroñeras en la prensa histórica (5): La tormenta de 1887

Pedroñeras 30 días, nº 118, agosto de 2011

            Ya dimos cuenta en una entrada anterior de la noticia sobre la inundación producida en Pedroñeras por el año de 1880. Tales inundaciones, como es sabido, han seguido produciéndose hasta nuestros días (y aún está en la mente de los presentes la de hace tan solo un par de años). El 1887 se saldó a tal efecto con una gran tormenta de la que dieron cuenta los periódicos nacionales.


            La Época: “En el pueblo de Pedroñeras (Cuenca), el día 4 del corriente [abril] se presentó una nube que inundó de granizo las calles del pueblo.
            Sobre las casas caían multitud de exhalaciones y varias mangas de fuego en la casa del Sr. Sales Marcos y en la torre de la iglesia. Un jornalero fue presa de un rayo, quedando en muy mal estado.
            Los truenos eran tan grandes y continuados que hasta los cristales de las casas quedaron rotos.
            Los más ancianos no recuerdan haber visto una nube tan atroz. Aquel pacífico vecindario se encuentra aterrado”.

            En La Dinastía se contaba así de manera más pormenorizada: “En el pueblo de Pedroñeras (Cuenca) ocurrió un lamentable suceso en la tarde del día 4 del corriente mes de Abril.
            Presentose, a las cinco próximamente de la expresada tarde, un nube que al parecer era de poca intensidad; pero a los pocos instantes creció de tal forma, que un momento después las cales del pueblo quedaban completamente cubiertas de granizo y en los principales edificios de Pedroñeras caían multitud de exhalaciones.
            En la casa de Francisco de Sales Marcos, rico hacendado de aquella población y juez municipal de la misma, cayeron tres mangas de fuego en un momento, sin que, afortunadamente, haya que lamentar desgracia alguna personal, sino el destrozo consiguiente en casi toda la casa.
            Otro tanto ha ocurrido en la torre e iglesia del pueblo.
            Un pobre jornalero que a la sazón se encontraba en las afueras trabajando con dos caballerías fue presa de un rayo, matando a estas y dejando en muy mal estado a aquel.
            Los truenos eran tan grandes y continuados, que hasta los cristales de las casas quedaron rotos.
            Los más ancianos no recuerdan haber visto una nube tan atroz. Aquel pacífico vecindario se encuentra aterrado”.


©Ángel Carrasco Sotos

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