El pozo del Aspa o Haspa: El antiguo nombre del pozo del Pilar

[El texto que leeréis a continuación fue publicado en 2007. Por eso, algunas cosas pueden sonar a desfasadas. Me refiero a las referencias que hago a ese libro mío en dos tomos que se tituló Mapa de Las Pedroñeras en el que hablo de todo lo que contiene nuestro término municipal y en el cual por entonces estaba trabajando. El libro poco a poco va convirtiéndose en un museo de cosas que ya no existen; sobre todo en lo referente a bienes muebles y a edificaciones rurales. Es uno de los que más éxito ha tenido en cuando a número de ventas. Os pongo el artículo por aquí abajo sin actualizar, tal y como apareció en 2007. Seguro que os gusta].

Hablé hace un tiempo de este pozo, cuyo arrendamiento venía recogido ya en el Catastro de Ensenada, del año 1752. En aquel artículo me preguntaba si este pozo habría desaparecido posteriormente o habría cambiado de nombre. Para mi sorpresa descubro escudriñando la prensa conquense de principios del siglo XX que tal pozo en el año 1926 sigue recibiendo tal nombre, al menos oficialmente para su arrendamiento en subasta. He preguntado a unos y otros y nada saben decirme de un pozo con esa denominación. Pero como es el caso que el único pozo de estas características, es decir, municipal y cuyas aguas se subastasen era el que todos conocimos como “del Pilar”, creo que no es desatino identificar uno con otro. [El nombre de "del Pilar" seguramente fue sustituyendo poco a poco al anterior cuando se fabricaron las recordadas pilas (pilones, bebederos) que lo rodearon, a principios del siglo XX].

Hace unos días Resurrección Cubero me pasó un escrito donde se lee que el pozo del Pilar se cavó en 1907, extrayéndose primero agua con un zaque (lo que en Pedroñeras se identificaba con una piel de toro que, asegurada en sus extremos, se usaba precisamente para sacar agua de un pozo) y, posteriormente, con una noria. Este dato me ha descolocado. ¿Era o no el antiguo Pozo del Aspa el del Pilar? 

En el escrito de “Resure” también se dice que fueron poceros Solera, Jesusete y Basilio Castellanos, además de “Higuerillas” o Ruperto “Molleja”; así como que los pilones –ya desaparecidos desafortunadamente, en tiempos de la alcaldía de Jesús Fernández– los construyó un albañil de Las Mesas de nombre Cristóbal.

[En fin, la información sobre tal pozo la ampliaría posteriormente en el libro].

Creo que el apartado dedicado a los pozos [hacía yo referencia al libro del que hablé al principio] lo tengo  ya completo en el mapa que vengo elaborando, habiendo recogido al respecto información sobre denominación, localización, estado y demás datos adicionales de 51 pozos (evidentemente, sin incluir los que se fabricasen para servicio de noria y otros particulares). El último que apunté, gracias a un mapa valiosísimo del año 1897 facilitado por Dolores Carrasco, fue el Pozo Culantrillo, que era el antiguo nombre del posterior Pozo de los Guardas, en La Saleta, hoy enlodado. Se trataba de un pozo empedrado, pero sin brocal. Según me contó en su día Santos Gallardo (cuyos padres, Justiniano Gallardo y Milagros Lillo, trabajaron como guardas en tal aldea) solía estar seco y, en cualquier caso, su agua no era muy buena. 

Poco le queda ya a este mapa que tanta guerra me ha dado. Son ya unas 540 páginas [al final resultarían muchas más, como sabéis] las que lo conforman entre fotografías, mapas, documentos y datos, para un total de cerca de 1400 topónimos entre mojones, despoblados, ermitas, molinos, chozos, corrales, chozas, casas, casillas, huertas, colmenares, palomares, hornos, tejares, caleras, bodegas, granjas, cruces, pedrizas, majanos, puentes, pozos, pozatas, fuentes, calderones, morteros, lagunas, cerrojos, acequias, vados, cañadas, matas, pinos, pinares, montes, cuevas, peñas, piedras, barrancos, vallejos, hoyas, hoyos y hoyuelos, cerros, altos, altillos y alturas, lomas, cuestas, parajes, hazas, rochas, peazos, picos, suertes, parajes, caminos... todos con sus nombres. Todo el que lo desee –y así lo vengo haciendo- puede aportar sus conocimientos para que este mapa y catálogo comentado resulten lo más completos posible, el resultado sea una obra de referencia y sirva para el disfrute de todos.

[Este artículo fue publicado en Pedroñeras 30 Días, número 67, octubre de 2007]

©Ángel Carrasco Sotos.

Ah, y no te olvides de este