por Vicente Sotos Parra
Desconozco cuándo fue bautizado el Pozo Nuevo con ese nombre. Es por lo que recurro a un tal Ángel Carrasco Sotos, que seguro tiene más datos de él.
¿Procederá este nombre de alguna tradición, o de alguna leyenda?
por Vicente Sotos Parra
Desconozco cuándo fue bautizado el Pozo Nuevo con ese nombre. Es por lo que recurro a un tal Ángel Carrasco Sotos, que seguro tiene más datos de él.
¿Procederá este nombre de alguna tradición, o de alguna leyenda?
ÁCS
En los años 60 comenzaron los jóvenes músicos a salir de las bandas de músicas para crear orquestas en las que desarrollar sus cualidades compositivas e interpretativas. Eran las bandas de música las únicas que amenizaban hasta entonces las fiestas, a la vez que algunos "tocones" se atrevían en las bodas y los atorgos (otorgos) con su acordeón entre los que destacaron Andrés Haro "Moro", Nemesio Pacheco, Julio "Perniles" o Gregorio "Pititi", entre otros, en salones de baile y bares de nuestra localidad. Pero todo fue cambiando cuando la modernidad fue entrando en los pueblos, y no fue Pedroñeras una excepción. Aires de cambio abrían camino a un nuevo mundo, nuevos sonidos, nueva música acorde con una nueva manera de ver la vida, de vivir, de enfocar y desarrollar una cultura musical algo anquilosada, pero con ganas de renovarse, con la llegada de otros estilos foráneos que enloquecían a la juventud. En este sentido, las orquestas, grupos, conjuntos... tuvieron un papel destacado en los pueblos de nuestra España.
Ya sabéis que intento evitar las polémica en este blog y en el grupo del Lugar, pero esta mañana hemos llegado cabreados a casa o lo siguiente. Vamos a ver, nosotros salimos a andar normalmente por carreteras o caminos y lo habitual es que sea un paseo agradable: uno ha hecho unos kilómetros, ha quemado unas calorías y ha disfrutado de ese paseo campestre. Pues bien, hay días en que esto no es así; quiero decir que no disfrutas del viajecillo... precisamente por los perros sueltos.
Desde finales del mes de marzo de este 2024 la casa del cura (o del curato) de Las Pedroñeras se encuentra acordonada por unos conos o cintas que intentan prevenir a los viandantes para evitar que se acerquen por esa zona. El motivo es un enorme enjambre de abejas que se ha formado bajo el alar de la esquina de la misma casa (un histórico caserón con patio central de columnas, fundamental en el conjunto monumental del pueblo).
Estos días, como consecuencia de la grabación de partes de la representación teatral de La pasión de Cristo, en Las Pedroñeras, a cargo del grupo de teatro dirigido por Gema Blasco y con la intervención de más de sesenta personas, entre actores, actrices con palabra, más figurantes y técnicos, me han venido a la memoria, sin poder remediarlo, de nuevo, las noticias del desastre que en la actualidad y desde hace 5 meses viene produciéndose entre vecinos, Israel, Palestina y Gaza. Además de la guerra entre Rusia y Ucrania que dura ya más de tres años. Pero en lo que pensaba es en el Evangelio de Jesús, por aquellas tierras llamadas “Tierra Santa”, hablando de amor al prójimo, en aquella frase «Amar al prójimo como a ti mismo», u otra que siempre he tenido en cuenta desde aquel álbum de cromos de los años 50 del siglo pasado “Dejad que los niños se acerquen a mi”, pero además, he recordado uno de los Mandamientos de la ley de Dios más corto y contundente: «No matarás». Todo ello circunscrito a la citada Tierra Santa, y, si queremos, yendo un poco más atrás, hasta la época de Moisés. Después de todo esto, sigo sin entender ya con tantos años, cómo es posible que el poder político y la ambición por ganar más y más dinero, aunque sea a costa de suministrar armas, municiones y medios para matar personas y destruir hospitales, colegios, viviendas necesarias no se haya superado y se inviertan todos esos medios en crear acuerdos para proporcionar medios de vida dignos, trabajos decentes necesarios y comida para mantener a tantos y tantos millones de personas que en la actualidad pasan hambre, mientras en una gran parte del mundo sobra tanto y hay tanto derroche.