GRULLAS EN LAS PEDROÑERAS: un ave típica de estas tierras desde antaño (fotografías de esta zona) | Las Pedroñeras

jueves, 31 de diciembre de 2020

GRULLAS EN LAS PEDROÑERAS: un ave típica de estas tierras desde antaño (fotografías de esta zona)



por Job Moya Peraira




Uno de los sonidos más característicos del invierno manchego es el trompeteo de las grullas (Grus grus), que provenientes de Suecia, Finlandia, Rusia y países Bálticos, migran cada otoño hacia el sur en llamativas bandadas en forma de “V”, cuyo vértice ocupa generalmente las grulla más vieja o con más experiencia. Pueden formar bandos de hasta 400 individuos, y en algunos humedales conquenses, como la Laguna de Manjavacas (Mota del Cuervo) o en la de El Hito, llegan a concentrarse entre 8.000 y 13.000 individuos.



La población invernante de grullas en Cuenca es celebre desde principios del siglo XIV. En 1325 el Infante Don Juan Manuel escribió lo siguiente en el Libro de la Caza:

Et en todo esse campo, desde Alcolea -Villar de Cañas- hasta Finojosa -La Hinojosa- et fasta Montalbanejo et fasta Alconchel, señaladamente en derredor de Los Olmiellos, ay muchas grúas además. Et dize don Johan que en toda su tierra non ha tan buen lugar para caçar las grúas, quando los falcones sallen de muda fasta mediado março, como en este canpo dicho et en el canpo de Montalvo et del Fito.




Son aves de gran tamaño y poco peso, debido a su abultado y magnífico plumaje, prácticamente impermeable, así como a su ligera estructura ósea. Miden entre 1 y 1,3 metros de altura, y 2 metros de envergadura. Tienen largas patas y plumaje mayoritariamente gris, cuello largo y recto –a diferencia de las garzas o los flamencos, que lo tienen curvado-, mostrando los adultos careta blanca y una llamativa mancha roja en el cogote, que es de color mayoritariamente negro, así como la parte inferior del cuello o babero. Los jóvenes no presentan ese patrón, sino un tono pardo-rojizo apagado en cabeza y principio del cuello.

La grulla es omnívora, aunque en invierno dominan su dieta los vegetales: rastrojos de maíz, ricias o brotes de cebada, trigo y soja. Busca de forma incesante las nutritivas lombrices en terrenos recién arados, así como caracoles, gusanos, milpiés, incluso pequeños roedores. No obstante, su alimento preferido, y el que mayor aporte energético les proporciona, es la bellota, por eso es común verlas alimentarse en pies de monte o dehesas de carrasca.


Necesitan extensos humedales de aguas someras para pasar la noche, donde resisten perfectamente las bajas temperaturas y esquivan bien la congelación. Es su manera de protegerse de predadores como el zorro, que no puede adentrase en terrenos encharcados, y cuando lo hace, les resulta fácil detectarlo. Sus principales depredadores son las grandes rapaces como el águila real o imperial. Las mayores amenazas para la especie son la desecación de humedales y los tratamientos insecticidas/herbicidas de los cultivos.

En los alrededores de Las Pedroñeras puede encontrarse desde finales de octubre hasta principios de marzo, en las zonas anegadizas de Santiago de la Torre, así como en las inmediaciones de La Celadilla o en los confines con el término de Belmonte. A finales de marzo regresa a sus áreas de cría, que son las zonas pantanosas del norte de Europa y Asia, desde Alemania hasta Siberia. Solo en España pasan el invierno alrededor de 75.000 grullas, es decir, la mitad de la población europea.




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