Semblanza de la carmelita belmonteña Magdalena del Espíritu Santo | Las Pedroñeras

lunes, 9 de marzo de 2015

Semblanza de la carmelita belmonteña Magdalena del Espíritu Santo

Escudo de las carmelitas descalzas



por Miguel Ángel Vellisco Bueno




MAGDALENA DEL ESPÍRITU SANTO: Escritora, su verdadero nombre era Magdalena Rodríguez de Alarcón, hija  de  Diego Rodríguez  y Ana de Alarcón, Nació en Belmonte (Cuenca), antigua Mancha de Montearagón.


Ingresó como novicia en la Orden de Los Carmelitas Descalzas, el 6 de agosto  en 1576 en el Convento de Beas, provincia de Jaén con una dote de 400 ducados.



En octubre de  1578  conoció a  S. Juan de la Cruz, con el que llegó a tener una relación muy cercana. Los datos autobiográficos aportados sobre el santo fueron fundamentales para la realización de su biografía, de la que oficialmente figura como autor el P. Jerónimo Gracián.

Gracias a ella se han conservado una buena colección de obras sanjuanistas. Mediante su labor recogiendo todos los dichos y avisos que iba transmitiendo San Juan de la Cruz a la comunidad, juntó gran cantidad de notas y apuntes que años más tarde envió al cronista, el P. Jerónimo de San José para su publicación.

El 11 de junio de 1581 fue elegida clavaria del convento de Beas, en 1585 fue una de las fundadoras  del convento de Carmelitas Descalzas de Málaga y el año 1589 se desplazó a Córdoba para la fundación de un nuevo convento en Córdoba, del que años después sería su Priora. En este convento murió el 30 de julio de 1640.



Durante su vida mantuvo una estrecha y frecuente relación a través de la correspondencia con S. Juan de la Cruz:

Carta de S.Juan de la Cruz a Magdalena del Espíritu Santo

Segovia, 28 julio 1589.

Jesús sea en su alma, mi hija en Cristo:

Holgado me he de ver sus buenas determinaciones que muestra por su carta. Alabo a Dios que provee en todas las cosas, porque bien las habrá menester en estos principios de fundaciones para calores, estrechuras, pobrezas y trabajar en todo, de manera que no se advierta si duele o no duele. Mire que en estos principios quiere Dios almas no haraganas ni delicadas, ni menos amigas de sí; y para esto ayuda Su Majestad más en estos principios; de manera que, con un poco de diligencia, pueden ir adelante en toda virtud. Y ha sido grande dicha y signo de Dios dejar otras y traerla a ella. Y, aunque más le costara lo que deja, no es nada, que eso presto se había de dejar, así como así. Y para tener a Dios en todo, conviene no tener en todo nada; porque el corazón, que es de uno, ¿cómo puede ser todo de otro?

A la hermana Juana, que digo lo mismo, y que me encomiende a Dios, el cual sea en su alma. Amén.

De Segovia y julio 28 de 1589.

Fray Juan de la Cruz.




Hasta nuestros días ha llegado un dibujo del Monte  de Perfección o Monte Carmelo dedicado  por el Santo a su persona. El dibujo representa un monte con tres caminos, dos a los lados y uno en el centro. Tan sólo el del centro accede a la cima del monte donde no hay nada, excepto el silencio divino. El dibujo está salpicado de leyendas varias, a modo de rimas, compuestas para la ocasión. Se conserva en la Biblioteca Nacional (Madrid), Ms.6296, folio 7r.


Bibliografía:

- Wikipedia
- Obras del Místico Doctor S. Juan de la Cruz, Tomo I, 1912
- La poesía de S. Juan de la Cruz entre la oralidad y la escritura de Paola Elia
- El Símbolo de la noche en S. Juan de la Cruz de Mª Jesús Mancho Duque.
- Nebrija y Estudios sobre la Edad de Oro de Manuel Alvar.
- La Musa de la Retórica, Problemas y Métodos de la Ciencia  de la Literatura de Miguel Ángel Garrido Gallardo.
- Paseos por Córdoba o sean, Apuntes para la Historia de Teodoro Ramírez de Arellano.
 -Breve Historia feminista de la Literatura Española de Myriam Díaz-Diocaretz, Iris M. Zavala.


©Miguel Ángel Vellisco Bueno

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