por Miguel Ángel Vellisco Bueno

MAGDALENA DEL ESPÍRITU SANTO: Escritora, su verdadero nombre era Magdalena Rodríguez de Alarcón, hija de Diego Rodríguez y Ana de Alarcón, Nació en Belmonte (Cuenca), antigua Mancha de Montearagón.
Ingresó como novicia en la Orden de Los Carmelitas Descalzas,
el 6 de agosto en 1576 en el Convento de Beas, provincia de Jaén con
una dote de 400 ducados.
En
octubre de 1578 conoció a
S. Juan de la Cruz, con el que llegó a tener una relación muy cercana. Los datos autobiográficos aportados sobre el santo fueron fundamentales para la
realización de su biografía, de la que oficialmente figura como autor el P.
Jerónimo Gracián.
Gracias
a ella se han conservado una buena colección de obras sanjuanistas. Mediante su
labor recogiendo todos los dichos y
avisos que iba transmitiendo San Juan de la Cruz a la comunidad, juntó gran
cantidad de notas y apuntes que años más tarde envió al cronista, el P. Jerónimo de San José para su publicación.
El
11 de junio de 1581 fue elegida clavaria del convento de Beas, en 1585 fue una
de las fundadoras del convento de
Carmelitas Descalzas de Málaga y el año 1589 se desplazó a Córdoba para la fundación de
un nuevo convento en Córdoba, del que años después sería su Priora. En este
convento murió el 30 de julio de 1640.
Durante
su vida mantuvo una estrecha y frecuente relación a través de la correspondencia con S. Juan de la Cruz:
Carta
de S.Juan de la Cruz a Magdalena del Espíritu Santo
Segovia, 28 julio 1589.
Jesús sea en su alma, mi hija en
Cristo:
Holgado me he de ver sus buenas
determinaciones que muestra por su carta. Alabo a Dios que provee en todas las
cosas, porque bien las habrá menester en estos principios de fundaciones para
calores, estrechuras, pobrezas y trabajar en todo, de manera que no se advierta
si duele o no duele. Mire que en estos principios quiere Dios almas no
haraganas ni delicadas, ni menos amigas de sí; y para esto ayuda Su Majestad
más en estos principios; de manera que, con un poco de diligencia, pueden ir
adelante en toda virtud. Y ha sido grande dicha y signo de Dios dejar otras y
traerla a ella. Y, aunque más le costara lo que deja, no es nada, que eso
presto se había de dejar, así como así. Y para tener a Dios en todo, conviene
no tener en todo nada; porque el corazón, que es de uno, ¿cómo puede ser todo
de otro?
A la hermana Juana, que digo lo mismo,
y que me encomiende a Dios, el cual sea en su alma. Amén.
De Segovia y julio 28 de 1589.
Hasta
nuestros días ha llegado un dibujo del Monte de Perfección o Monte Carmelo dedicado por el Santo a su persona. El dibujo
representa un monte con tres caminos, dos a los lados y uno en el centro. Tan
sólo el del centro accede a la cima del monte donde no hay nada, excepto el
silencio divino. El dibujo está salpicado de leyendas varias, a modo de rimas,
compuestas para la ocasión. Se conserva en la Biblioteca Nacional (Madrid),
Ms.6296, folio 7r.
Bibliografía:
- Wikipedia
- Obras
del Místico Doctor S. Juan de la Cruz, Tomo I, 1912
- La
poesía de S. Juan de la Cruz entre la oralidad y la escritura de Paola Elia
- El
Símbolo de la noche en S. Juan de la Cruz de Mª Jesús Mancho Duque.
- Nebrija
y Estudios sobre la Edad de Oro de Manuel Alvar.
- La Musa
de la Retórica, Problemas y Métodos de la Ciencia de la Literatura de Miguel Ángel Garrido Gallardo.
- Paseos
por Córdoba o sean, Apuntes para la Historia de Teodoro Ramírez de Arellano.
-Breve Historia feminista de la Literatura
Española de Myriam Díaz-Diocaretz, Iris M. Zavala.
©Miguel Ángel
Vellisco Bueno
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