Bueno, este año, queridos, no pude asistir, como sí lo he hecho siempre que he podido (que puede equivaler a siempre o casi siempre) a esta carrera de los Autos Locos, como actividad que de unos años a esta parte viene realizándose durante nuestras fiestas patronales. Suele ser una de las actividades más divertidas y atractivas. Los siempre ingeniosos autos locos corren siguiendo un recorrido circular hasta cumplir con un número determinado de vueltas, no sin antes pasar, como es prescriptivo, por boxers y demás. A la par que la carrera (que es lo que todos esperan deseosos) también se realizan diversos concursetes relacionados con el ajo o la ingesta moderada de alcohol (al menos este año) en el que participan las peñas, que son las que animan las fiestas. Es más, si no fuese por ellas, creo que las mismas estarían ya a la altura del betún. En fin, cosas mía, supongo. De todos modos, creo que este año acudió menos público que otros anteriores. Algo habrá que revisar.